Con tan solo 12 años dio los primeros pinos en el mundo de la restauración -servía las bebidas en El Ancla, La Restinga- y paulatinamente fue asumiendo su vocación por la cocina hasta formar tándem con su mujer Lorena Machín. Quintero es uno de los referentes de la cocina herreña de raíz interpretada a conceptos actuales y como cocinero, considera que tiene la labor de premiar el buen producto canario, particularmente el de la Isla del Meridiano.